Preservar la flora y fauna de Las Yungas, en Jujuy, es fundamental ya que representa la mitad de la vida animal y vegetal de Argentina.
Puede sonar contradictorio. Las Yungas ocupan menos del 2 por ciento del territorio argentino, pero en ellas habita cerca de la mitad de las plantas y animales del país. Contienen más de 200 especies de árboles, unas 80 variedades de helechos, más de 100 especies de mamíferos, 500 especies de aves y unas 30 especies de sapos y ranas. Son un refugio para especies vulnerables como el yaguareté, el tapir, el pecarí, el guacamayo verde, el loro alisero o el pato criollo.
Proteger estas áreas es vital para el medioambiente y para la preservación de la biodiversidad. Es por ello que las actividades productivas generadoras de recursos económicos que permiten mejorar la calidad de vida de las poblaciones donde son desarrolladas deben reducir la presión sobre los sistemas naturales periurbanos, lo que aumenta las oportunidades para la protección de la biodiversidad.
Es así que si estas actividades económicas desaparecieran, todo el paisaje se vería afectado en su integridad natural regional.
En su área de preservación de las Yungas, la empresa Ledesma junto con ProYungas instalaron cámaras sensibles al movimiento para estudiar la biodiversidad en 60 puntos diferentes. Cuando un animal se acerca a ellas, la cámara le saca una foto automáticamente, y de esa manera los investigadores cuentan con información de primera línea sobre la presencia de especies diversas y el uso que hacen del territorio para su vida cotidiana.
Por otro lado, cerca de la mitad de la matriz energética del ingenio Ledesma, en Jujuy, proviene de fuentes renovables, como los residuos vegetales de la caña de azúcar y las plantaciones energéticas de eucaliptos. Por cada hectárea cultivada con caña de azúcar o cítricos, Ledesma destina dos hectáreas de bosques nativos y sistemas naturales a su conservación. Esto fue posible por el Plan de Ordenamiento Territorial que ProYungas desarrolló diez años atrás junto con la empresa. El plan de ordenamiento territorial se basa en un estudio general de las tierras de la empresa Ledesma en el contexto regional, que determina con rigor científico donde podría realizarse una transformación agrícola y donde debería preservarse la vegetación natural.
Con ese plan, la empresa destinará un total de 100 mil hectáreas de bosques nativos a la conservación de la naturaleza para las futuras generaciones.
